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“Me gusta cuando puedo participar en los ángulos, porque es algo que no ocurre todo el tiempo. Lo que me gusta es que la gente no lo espera. Si lo haces todo el tiempo, no sería algo especial. Para considerarme una luchadora, yo tendría que aprender más que las cosas básicas. Considerarme luchadora sería una falta de respeto a las que están luchando, que están practicando todos los días en el desarrollo. Ser un luchador es un trabajo de tiempo completo. Me gusta participar en los ángulos, pero yo no soy una luchadora”, dice ella.
A pesar de que la WWE es un “trabajo ideal” para ella, García decidió separarse de la organización deportiva de entretenimiento en 2009. Ella explica, “Decidí dejar la empresa porque consideré que era un capítulo cerrado en mi vida. Yo no estaba cansada de la lucha. De hecho, durante mi ausencia, me quedé observando programas de WWE. Pero el motivo de mi salida fue que me iba a casar. Estuve allí diez años sin tomar un descanso. La gente no sabe el sacrificio que significa la lucha. Estamos trabajando 52 semanas al año, nunca nos detenemos. Y yo no quería empezar mi matrimonio sin mi marido. Así que decidí irme. Y una semana más tarde me casé”.Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de sentir el gusanillo de la lucha libre de nuevo.
“Al año siguiente (2010), en Los Angeles, me invitaron a la fiesta de SummerSlam y estaba todo el mundo. Y al hablar con mi antiguo jefe, me di cuenta de lo mucho que extrañaba este mundo, y decidí que era hora de volver”, dijo García.
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